Una tarde con los abuelos paternos

Creo que las crónicas vacacionales van a tener que esperar... Sin querer, pasan cosas a mi alrededor que me obligan a hilvanar la aguja (sea de la labor que sea) y a dar rienda suelta a mi imaginación... Ojalá sea así para siempre.
Ayer mis hermanas y yo pasamos la tarde con los abuelos paternos. Viven en un pueblecito cercano a Montijo. Mi abuela, que también desde bien pequeñita ha estado bordando, tejiendo, cosiendo..., me enseñó a hacer ganchillo. Y no creáis que comenzó por la lección más simple. No.
Se me ocurrió decirle que me enseñara a hacer unas florecinas, que ella ya había hecho en alguna ocasión para una cesta, y esto fue lo que salió:

Cuando llegué a casa le apliqué a las flores unos botones para que quedaran más vistosas. Aunque también quedan genial con tela arrugada o cintas de raso (como una marinera que estoy haciendo).

Pero todo esto, sumando el tiempo que empleé y que mi abuela, pacientemente, me dedicó, no podía terminar así. Por lo que, sin querer, esbocé lo que sería una nueva camiseta. Podría llevar por título Lorenzo el perezoso:

Tras estas lindas flores, Lorenzo el perezoso descansa feliz. Acurrucado sobre la hierba y el sol de verano, Lorenzo el perezoso te invita a hacer sobre la fotografía "click".