El secreto de Septiembre

"...Decido finalizar mi baño no sin antes reflexionar que tal vez puede ser el último del verano, aquí nunca se sabe. En la playa el ambiente es tranquilo, no hay niños, no hay demasiadas pandillas, ni familias, una pareja de chicos a escasos metros de mí comienzan a hablar de promesas de amor a chicas que nunca cumplieron. Todo está en calma, es como si la playa suspirase porque se ha liberado de los turistas bulliciosos, en cambio, nos da la bienvenida a los conocedores del secreto de Septiembre." (Miss Underground)

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Querida Miss Underground:

Gracias por creer en la música de Cajón de Sastre, gracias por abrir de nuevo nuestra sastrería sonora. Tomo prestadas tus palabras, llenas de precisión y magia, para compartir contigo el secreto de Septiempre.


Queridas compañeras de la Blogosfera:

Gracias mil por vuestros comentarios, por permitirme seguir soñando con este mundo, por dar significado a cada una de las palabras que me escribís, por conseguir emocionarme con ellas (tienen mucha fuerza) y, sobre todo, por romper las barreras de vuestra cotidianeidad y acercaros a mi burbuja, que siempre, siempre, será también vuestra.
Mi metaquerida Piniblú... tus palabras merecen un bordado de oro entre los desgastados valores de nuestra existencia...

Pero, ¡ojo!, TODAS estáis siempre por aquí, en forma de idea, en forma de fieltro recortado, en forma de pespunte, en forma de canción, en forma de sonrisa...
Gracias.

Septiembre

Septiembre trae la sombre gris
de un sentimiento
febril, espantoso y desgarrador.

El rojo fuego de la fortuna
se ha detenido
prendiendo sus llamas en mi interior.

Fueron sueños destrozados
por la oculta realidad
de un ciclo acabado
que el tiempo paró fatal,
trayendo consigo a cambio
latidos de soledad.

Anoche vino un ser extraño,
me deslumbró, su rostro inundado de resplandor
vino a por mí, vino a buscarme
y descubrí mil mundos perdidos en el dolor.

Supe y comprendí tan sólo
que el dolor no entraña mal;
siempre que la causa tenga por bien un final
arranca sin miedo la espina a expensas de la razón.

Ven junto a mí, no temas, no,
ven, ven
verás la luz, verás a Dios
verás tan sólo a Dios.

Septiembre

(Cajón de Sastre)