Las princesas cuentan historias de soles y estrellas

¿Os acordáis del hombre que amaestró al mar: lo silvaba desde la orilla y siempre volvía?

Pues tal maestría y constancia hizo que un día se le apareciera una sirena. Sí, una ninfa del agua de quienes ya nos queda una vaga imagen en nuestras memorias o una incrédula sonrisa en nuestra razón, nuestra lógica... Aquellas hadas del submundo marino parecen haber sido enterradas en fosas sedimentarias, de posterior volatilización, para el resto de los tiempos. Se nos ha prohibido, por ello, la creencia hacia toda manifestación mágica.
Bien, como os contaba, un día se le apareció una sirena y le contó preciosas historias de soles antiguos, ancianos, olvidados y enfermos... de bellas estrellas, envejecidas y sin la suficiente energía como para seguir brillando en las despejadas noches marinas...
La sirena le dijo que debería hacer algo para intentar que los soles y las estrellas volvieran a brillar...

La sirena desapareció...