De ensueño y sueños

En un mágico lugar de ensueño y de historias encantadas, aún latentes por la tradición, creencias e Historia, surge este recorrido por el laberinto de los sueños de una niña que dio vida a una piedra que se esculpía entre lo antropomorfo y lo zoomorfo... Antes de la llegada al Palacio de la pena, ella intentó sanar y salvar su corazón del congelado mar de incrédulos al que estaba acostumbrada diariamente la figura.



Sin atreverse aún a traspasar esa línea que separaba sus mundos, la niña, quizá por no ser aún del todo consciente del peligro, de esa ignorancia fresca, que culmina en una enorme fuente de saber, se propuso colocarse delante de la figura y esperar a sentir su latido.


De repente, sin que la escultura articulara palabra ni ningún otro movimiento físico, la niña escuchó: "No tengo corazón..."



En ese momento, ella sintió miedo, pero no le sorprendió demasiado, porque era lo que estaba esperando: decidió pasar horas y horas delante de la piedra inerte por su empeño y seguridad en que hablaría con ella...
Su corazón latía incontrolado y sus lágrimas comenzaban a caer. No soportaba tanto dolor. Así que decidió quebrantar la línea que separaba sus mundos. Se acercó a la figura... Y le dijo:

- Prometo traerte un corazón.



Y así lo hizo; vistió a la escultura del mejor tejido que jamás haya imaginado y sentido nadie: de corazón y arterias.
Y su sangre comenzó a descongelarse y a bombear ligeramente por todo su cuerpo...
Movió su cabeza tan sólo y, de nuevo en ese misterioso código lingüístico, le dio las gracias a la niña...

Esa niña que quizá hoy haya crecio demasiado o quizá no, quizá siga siendo la misma, ha tejido con hilos y tejidos de aquel mágico lugar, el corazón que un día regaló a un ser inerte.